lunes, 6 de febrero de 2012

Villalobos Aguilar Karen Areli
# cuenta: 309342728
Fecha: 3 de febrero 2012


La Europa del siglo XVIII
(Capítulo I, II Y III)

Los grandes acontecimientos sucedidos durante el siglo XVIII, también conocido como el periodo de la ilustración y del despotismo ilustrado, tienen un fuerte impacto actual. Pero, ¿Qué ocurrió en ese periodo de tiempo qué es de gran importancia?; es, precisamente, el tema central del libro: Europa del siglo XVIII, escrito por M.S Anderson.
Para la mejor comprensión de lo acontecido y un panorama más amplio, el libro se divide en siete apartados. Todos de igual relevancia, abarcan distintos ámbitos de la vida en el continente europeo.
Primeramente se describe la situación de los países a finales del siglo XVII y la posición en la que se encuentran al entrar al siglo XVIII. Con base en un mapa político, el autor planea la “división” que existe en el continente mencionado, la cual se orienta de la siguiente manera: Europa occidental, en donde se localizan las potencias a inicios del siglo, Europa oriental, con estados de creación reciente y emergentes, Europa sud-oriental, ubicación de los imperios más arraigados del continente, y Europa central, lugar de constantes conflictos e inestabilidad.
Francia, España, Gran Bretaña y la República Holandesa, son los países pertenecientes a la Europa Occidental. De este bloque Gran Bretaña sobresale, con el transcurso del siglo, hasta consolidarse como la mayor potencia europea tanto naval, económica, industrial y social. Francia por otro lado, con el inicio del nuevo periodo de tiempo, presencia un decaimiento en muchos de sus aspecto; a pesar de ello no deja de ejercer poder en las decisiones de la región.
En el grupo de la división oriental, Rusia se convierte en el protagonista de esta zona. Con ayuda de las políticas implementadas por el monarca Pedro I, se logra hacer de este territorio una potencia, en un periodo de tiempo relativamente corto. Así, mantiene esta posición a lo largo de todo el siglo, y la mejora. Por otro lado, los imperios Otomano y de los Habsburgo enfrentan ciertas dificultades principalmente dentro de su territorio, las cuales amenazan en convertirlos en “presas fáciles” de otros países más fuertes.
La zona central, integrada por Polonia, el Imperio Sueco y lo que actualmente es Alemania e Italia, se caracteriza por tener poca unidad, dentro de sus propios territorios, y ser débiles en aspectos como el económico y el demográfico. Sin embargo, Prusia emerge de este grupo; de esta manera principia su adquisición de poder e importancia, así como su expansión territorial.
De lo que se observa que …”Por lo tanto, al iniciarse este periodo los estados de Europa variaban enormemente en poderío y en recursos. Pero la distinción entre las grandes potencias y los estados menores (…) todavía era confusa y discutible”… 1

El segundo capítulo, Las contiendas entre los estados, nos ofrece una descripción de los conflictos y batallas que enfrentaron los territorios.
En la primera mitad del siglo XVIII, se llevan a cabo acontecimientos de relevancia: la lucha por parte de Prusia dirigida contra Suecia y, la consolidación de España y su consecuencia, al intentar conquistar parte de su territorio perdido principalmente por Italia, la “reconciliación” de Francia y España, la guerra de sucesión de Polonia, el fallido arreglo anglo—francés.
El periodo de tiempo comprendido entre 1740-1763, fue más efervescente que la etapa anterior; caracterizada por constantes contiendas como la Guerra de sucesión austriaca, la guerra de los siete años y los conflictos entre Francia y Gran Bretaña por el control de las colonias. Sin embargo, la aparición de Brandeburgo-Prusia, como potencia, y Rusia, cambió la óptica de las principales batallas y es así que a partir de las decisiones que tomen éstos, se orientarán algunos de los acontecimientos claves del continente.
Lo anterior se explica en que…”las relaciones entre los estados de Europa, estaban dominadas por la codicia, el temor y a envidia”… 2

Finalmente, se habla de la esfera social y económica en el capitulo tres. Donde se nos explica que la estratificación social en el territorio europeo, era casi la misma para todas las regiones, nobleza, campesinado y burguesía, con la única diferencia de que éstas, a su vez, presentaban otras subdivisiones propias, dependiendo del lugar del que se hablase. La más notoria, era la condición de servidumbre que se concedía en la fracción oriental y central de Europa, mal vista del lado occidental.
Dentro de las características comunes se encontraba el tradicionalismo, el predominio de los hombres en todos los campos, relegando a la mujer, la dependencia de la agricultura, la relación nobleza-terrateniente y los privilegios, políticos y sociales, que ello representaba.
Económicamente, la aparición del mercantilismo y del desarrollo industrial, comenzado en Inglaterra, modificaron, no de manera drástica, el comercio y la aparición de una nueva clase social. Esto a su vez acentúa la diferencia entre las clases sociales y desprende el estudio por parte de los fisiócratas, y algunos estudiosos,de la búsqueda …”de la libertad del individuo como la necesidad del bienestar de la sociedad (…)y las ideas del libre cambio”…3

En conclusión, hasta este capítulo del libro, se nos presenta la importancia de los acontecimientos del siglo XVIII; la trascendencia de estudiarlos reside en que nos brinda un panorama para poder comprender los sucesos que se desprenderán de estos, tal como la Revolución Francesa y la independencia de las colonias.

1 (Anderson, 1980)
2 Ídem
3 ídem

Bibliografía
Anderson, M. S. (1980). La Europa del siglo XVIII (1713-1789). México.: FCE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario