Fernando Ruiz Pimentel

309201928

07/02/12

La Europa del siglo XVIII (SEGUNDA PARTE)

Existía una burguesía enriquecida por el comercio desarrollado en el imperio colonial. La agricultura como un incremento de la producción agrícola y diversificación de productos que supusieron un incremento del consumo y el crecimiento demográfico, asi las leyes favorecían la actividad económica.

El Parlamento abolió los derechos señoriales y comunales. No había aduanas internas y todas las clases sociales pagaban impuestos. Las guerras en las que intervinieron los britanicos se libraban fuera del pais por lo que la estructura economica no se veia afectada, también la minería del carbón experimento un gran auge y hubo importantes avances en la producción industrial y manufacturada. El desarrollo y evolución del capitalismo ha supuesto una mayor separación entre países desarrollados y menos desarrollados o subdesarrollados.

Los países desarrollados obtienen a bajo precio las materias primas de países pobres, utilizan la barata mano de obra de estos países no desarrollados y después de elaboradas o manufacturadas son vendidas por elevados precios a los países desarrollados.

Los beneficios obtenidos redundan en las grandes empresas y alimentan el capital de las mismas, pero empobrecen progresivamente a los países pobres suministradores. El empleo de mano de obra barata en los países de obra se debe no solo a bajos sueldos, sino que no es necesario cumplir con ciertas mejoras sociales sanidad, seguridad social, horarios de trabajo, sueldos mínimos que son obligatorias en los países desarrollados. Y que han sido conseguidas tras la revolución industrial y tras mucho sacrificio de la clase trabajadora. Si bien es cierto que el libre comercio supone la inexistencia de fronteras en el comercio internacional y por tanto la gran diversidad y oferta de productos a precios competitivos.

Bibliografía

M.S. Anderson, (1996).

La Europa en el siglo XVIII (1713-1789).

México, editorial Fondo de Cultura Económica