jueves, 16 de febrero de 2012

La Europa del siglo XIX (1815-1914)

Maldonado Chávez Reinhard Oswaldo
Materia: Geopolítica y comunicación
Fecha: 17 de febrero de 2012
La Europa del siglo XIX (1815-1914)
Europa durante la etapa que va desde la batalla de Waterloo en 1815 hasta inicios de la Guerra Mundial es un punto de análisis para comprender los cambios trascendentes en esta cultura y sus repercusiones a nivel mundial.
El siglo XIX fue de suma importancia para la cultura occidental, en algún grado el mundo había sido influenciado por 300 años de dominación europea. Los años que van de 1815 a 1914 representaron prosperidad para Europa, nacieron empresas constructivas y el capital fue en aumento, por tanto las generaciones venideras gozaron de mayores comodidades, riquezas y oportunidades económicas.
Al tener mejores y nuevas condiciones la población se vio en aumento, de igual manera que las fábricas y las nuevas ciudades. Las tecnologías hicieron a la industria más eficiente, incluso el sector salud se vio favorecida. Indican que la población europea en 1815 fue de 200.000.000 la poca población se debe a la caída de Napoleón y al inicio de la primera Guerra Mundial, elementos que influyeron en 40.000.000 personas para abandonar la patria .
El siglo XIX fue la gran era de expansión europea. Previamente de que finalizara este siglo los pueblos de Europa sometían el mundo. En 1815 se consiguió el comienzo de la Europa del siglo XIX. Los estadistas de la era de la Restauración repararon la resentida estructura después de la caída de Napoleón.
El congreso de la paz había sido convocado para dividir entre los victoriosos los despojos del vencido. Después de 1815 las grandes potencias evitaron recurrir a las armas durante de cerca de 40 años. La reconstrucción política del continente era una preocupación primordial para los gobiernos de Austria, Rusia y Prusia. Cuando Viena fue el país anfitrión de Europa en 1814 las recepciones fueron muy brillantes.
Al igual que Austria, Prusia recuperó en Viena el prestigio perdido y el regateo territorial sumó parte de Sajonia y toda la Pomerania sueca a las posesiones de los Hohenzollern. La fuga de Napoleón de su exilio en la isla de Elba y su breve recuperación del poder durante los "Cien Días" demostró que muchos franceses no se habían arrepentido.
El sistema político de las monarquías europeas, afirmó el presidente, eran en escénica diferentes a las de América. La doctrina Monroe se cambió por la política exterior de los Estados Unido porque la respaldó el poderío de la flota inglesa.
Austria, Rusia y Prusia no podían permitirse avanzar por la Europa accidental donde los liberales habían capturado y sostenido un terreno importante en el periodo de 1830- 1832. Todas las fuerzas principales políticas, económicas, militares y geográficas prescribían un resultado negativo.
El avance de la economía capitalista en Europa puede ser comprendida en tres etapas de un movimiento; el primer periodo que va desde fines del a edad media hasta los últimos años del siglo XVIII fue una era de capitalismo comercial, en segundo, después va de 1850 el papel desempeñado por lo bancos y agencias financieras dieron inicio a la fase del capitalismo financiero que duró hasta el siglo XX. Por último, la tercera fase comprendió de 1815 a 1830 y dio paso al capitalismo industrial.
En Inglaterra el pánico de la Revolución Francesa inspiró las seis leyes de 1819 que restringían las reuniones públicas, autorizaban el decomiso de artículos sediciosos y sujetaron los planteos a un gravoso impuesto del timbre.
El pensador mas influyente de la época fue George Wilhelm Friedrich Hegel que concibió una síntesis de ideas que sirvió tanto a radicales como a reaccionarios de arsenal de argumentos. El papa Gregorio XVI condenó sus enseñanzas desafiando la censura papal que en lo sucesivo llevó a cabo sus esfuerzos reformadores fuera de la iglesia.
Los franceses ya no eran una gran nación después de Waterloo, eran un pueblo derrotado que llevaba a cuestas una monarquía impopular. Las clases medias dudaban de la restaurada dinastía borbónica y trataban de conservarla y ampliar las ventajas legales y políticas que les había dado la Revolución.
Durante el periodo de la Restauración tanto la derecha con la izquierda se fortificaron en la oposición y maniobraron para sacar ventajas en una tregua que nadie aceptaba como permanente.
Carlos X cambió este compromiso de la restauración al oponerse a realizar el papel de monarca constitucional. Esta violación de la carta constitucional provocó la inmediata insurrección contra la que el rey no se había prevenido.
La Revolución francesa de 1830 fue menso una revolución que una confirmación de la carta constitucional de 1814. La cauta política exterior de la monarquía de Julio decepcionó a los republicanos y a los chauvinistas franceses.
Los gobiernos de Austria, Prusia y Rusia llamaron a sus representantes en Madrid en tanto que Francia e Inglaterra concentraron una cuádruple alianza con España y Portugal para preservar las reformas constitucionales.
En Habsburgo existían órganos a través de los cuales pudieran expresarse legítimamente el celo reformista o el descontento popular. En Berlín los funcionamientos del gobierno mostraron más capacidad y energía porque se le había entrenado en le famosos sistema prusiano que el gran Federico había convertido en modelo de eficiencia para las cancillerías de Europa.
Las repúblicas de la América Latina interesaron a los europeos contemporáneos en grado mucho menor que el experimento anglo-norteamericano de democracia.
La revolución que se produjo en los transportes y las comunicaciones, además de la introducción del vapor y la electricidad dio un irresistible impulso a la expansión del siglo XIX al equiparla con nuevos nervios y tendones.
El siglo XIX merece ser considerado como la primera centuria de la edad científica. La meta de la ciencia era salvar los abismos que existían en el conocimiento humano y avanzar hacia aquella síntesis en que coinciden los contrarios.
Las artes, sobre todo la literatura también tuvieron grandes avances con la llegada del romanticismo. Hacia mediados del siglo XIX cada literatura del mundo occidental había sentido el influjo del Romanticismo, aunque Francia, Alemania e Inglaterra fueron los focos principales del movimiento.
La construcción adoptada el 27 de marzo de 1849 propuso la creación de un Reich Federal con un parlamento nacional presidido por un emperador hereditario d ellos alemanes y se eligió para este cargo a Federico Guillermo IV de Prusia.
La liga comunista fue desbanda a por la reacción posterior a 1848. Al parecer el manifiesto comunista comenzó el ocaso del socialismo utópico. La segunda república francesa no podía seguir una firme política extranjera porque era un régimen provisional y los ingleses eran un ejercito que no podían presionar a las potencias europeas orientales.
En México durante estos años fue influido por la guerra civil contemporánea de los Estados Unidos. Entre 1848 y 1867 en América como en Europa el movimiento hacia la creación de naciones apareció y reapareció como la tendencia política dominante del periodo.
En el ámbito económico la industria sustituyó a la agricultura en calidad de actividad económica del mundo occidental y los habitantes de la ciudad sobrepasaron en número y en votaciones a la población rural.
El mapa europeo cambio cuando Alemania e Italia se volvieron estados nacionales. El panorama de la segunda mitad del siglo XIX resalta en 1867 con el declive del antiguo ideal federal y la crisis diplomática. La revolución técnica estaba transformando las bases de la sociedad occidental, ejemplo de este cambio acelerado es la población mayoritariamente urbana, se paso a segundo plano la actividad agrícola. Otro ejemplo de este cambio se da cuando la sociedad dio más importancia a la filosofía positivista y el arte realista sobre los sacerdotes y simples filósofos.
Ente 1867 y 1881 el hecho más importante fue la ascensión de Alemania. Después de 1867 las cuatro naciones más fuertes (Austria, Prusia, Rusia y Francia) se debilitaron y decayeron. La unificación de Italia constituía una gran quinta potencia y la Confederación del Norte de Alemania duplico la fuerza de Prusia. Francia sabia que esta consolidación de esta alianza serviría de presión en las fronteras de Francia. La Confederación del Norte de Alemania cambió su cede militar y diplomática de París a Berlín.
En el verano de 1870 las Cortes españolas invitaron al príncipe alemán Leopoldo a ocupar el trono de París, después de la expulsión de la Reina Isabel II. La llegada al trono del príncipe alemán causó descontento. El embajador francés insistió en que el príncipe debía rechazar la oferta aun si se desataba una guerra.
La guerra franco-prusiana duró seis meses y fue una derrota humillante para los franceses. El gobierno encabezado por Víctor Manuel aprovechó la retirada de las tropas francesas de Roma para sitiar la ciudad.
La corte fue neutral con Prusia. En Londres, el gabinete liberal decidió respetar la neutralidad de Bélgica. Bismark por otra parte invito a los estados alemanes del norte y del sur para que se sumaran a la causa de Prusia.
Las nuevas tropas de Sedán derrocaron al segundo imperio. En parís los republicanos proclamaron un gobierno de defensa nacional. Fuerzas alemanas rodearon París y a las dos semanas la ciudad se rindió obligada por el hambre. Dos semanas más tarde una Asamblea nacional francesa voto a favor de la paz en el tratado de Frankfurt de 1871 en el que se acordó que Francia cedería Alsacia y parte de Lorena y se comprometió a pagar una indemnización de 5.000 millones de francos.
La tercera república francesa pudo sobrevivir durante cinco años, sin embargo los monárquicos no se pusieron de acuerdo para mantener el poder y en 1876 la Asamblea era mayoritariamente republicana.
A fines del siglo XIX la industria mecanizada constituyó la principal fuerza creadora de la civilización occidental. La producción de máquinas se vio extendida y trabajaba a su máxima capacidad para producir materiales de bajo costo y estandarizados. La explotación desmedida y los mercados en constante crecimiento lanzaron a las potencias industriales hacia una nueva campaña de imperialismo colonial.
Los estándares de medición de crecimiento de la nación accidental se vieron modificados y ya no era el índice demográfico ni el territorio. La guerra misma estaba industrializando.
Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos habían tomado ventaja en la carrera, los recursos y el equipo industrial categorizaban a estas naciones como superpotencias, mientras que Francia, Rusia e Italia eran grandes potencias pero no a este nivel. En una categoría más inferior se tenían contemplado a China, Bélgica y Japón.

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