martes, 7 de febrero de 2012


Gabriela Orihuela Gaspar
09628897
07/02/12
La Europa del siglo XVIII

"La Europa del siglo XVIII" escrito por M.S Anderson, es un libro que plantea las condiciones políticas económicas y sociales de la Europa de este siglo. El libro se divide en capítulos y en cada capítulo se trata un tema especifico,Para poder adentrarnos en el estudio más detallado de los sucesos, el autor nos ofrece un panorama general, de cómo es qué los estados se encuentra al final del siglo XVII y principios del XVIII. “pintando" la Europa del siglo XVIII como divida en cuatro: oriental y occidental principalmente.
La parte Occidental, se caracterizaba por conservar a las antiguas potencias del siglo XVII: Francia, España e Inglaterra. Francia era la más destacadas de entre todas ellas, a pesar de contar con problemas internos, mantenía características que eran envidiadas por muchas de las otras naciones; la lealtad por pate del pueblo al monarca y su ejército numeroso, eran algunas de estas características. A pesar de estabilidad, en el transcurso del siglo XVIII se enfrenta a problemas que hacen necesaria una reestructuración política y social.
Gran Bretaña, la otra gran potencia, por su lado se encamina en el siglo XVIII dando "buenos pasos", logra consolidarse como potencia naval así como una estabilidad financiera incomparable. Ésta nueva potencia logra consolidarse gracias a su gran empeño y concentración en los nuevo territorios americanos y sus rutas comerciales.
El lado oriente se caracteriza por ser "de los estados nacientes". Estos a pesar de enfrentar factores en contra, como su poca población y la falta de recursos, guiados por monarcas, Tal es el caso de Pedro I de Rusia, logran "renacer de los escombros" y consolidarse en poco tiempo como potencias del tamaño de Francia.
Prusia Brandeburgo es otro ejemplo de este tipo y, como se verá en los capítulos posteriores, en un periodo de tiempo corto se convierte en el centro de atención políticamente hablando. De esto y de los constantes cambios a nivel territorio, es de lo que se centra el capítulo I.
Por otro lado, este siglo se caracterizó por las luchas constantes y particularmente en las alianzas y guerras que se dieron entre todos los estados. En este ejemplo podemos citar a los tratados entre españoles y francés, así como el anglo-francés.
Dentro de ese mismo tema las alianzas que más llamaron la atención son las de los borbones de Francia y España, además de la dada entre los borbones y los Habsburgo. Quienes prefirieron dejar atrás sus rencillas y unir fuerzas en contra del gran monstro que se aproximaba a gran velocidad, Gran Bretaña.
Las guerras que modificaron las estructuras políticas y territoriales de casi todos los estados europeos, fueron principalmente la guerra de los siete años y la guerra de sucesión austriaca. Las cuales se basaron en la formación de alianzas, pactos o tratados de paz, cuyo único objetivo era logran expandir territorios, en busca de nuevas riquezas, o en su defecto mantener el territorio que ya poseían.
Tal es el caso de la contienda entre Prusia y Austria; o la repartición del territorio de Polonia y el mar negro.
Dentro de este mismo marco, la sociedad que en estos estados se desarrollaba seguía de igual forma regímenes monárquicos, en su gran mayoría, en los cuales las personas estaban acostumbradas a seguir los designios de dios sin cuestionamiento alguno. No buscaban más allá de lo que su nacimiento había decidido para ellos. Es por eso que era de gran importancia el apellido bajo el cual habías sido concebido.
Sin embargo, este siglo trajo consigo además de guerras, una serie de cambios tecnologícos. Los cuales no sólo alentaron las mejoras en la producción y distribución comercial. Sino también cambios en las estructuras sociales.
Después de leer los anteriores capítulos de este libro puedo concluir que detrás de todo movimiento de independencia o conquista de algún territorio, existen relaciones de poder que buscan satisfacer los intereses de ciertas esferas de dicha nación.
Además de poder notar la todavía existencia de las alianzas medievales entre imperio o reinos, ahora naciones. Ya que muchas relaciones diplomáticas o económicas aún parecen seguir los patrones dictados desde siglos atrás.

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