jueves, 9 de febrero de 2012

La europa del siglo XVIII (1713-1789)

Jiménez Domínguez Joab Daniel
309166443
09/02/12
La europa del siglo XVIII (1713-1789)

Si bien sabemos la Europa del siglo XVIII marca el inicio de una época de revoluciones y cambios para todo el continente; es el parte aguas del desarrollo político, económico y social de países como Francia, España, Gran Bretaña , Alemania, Rusia y Prusia.

Antes de finalizar el siglo XVII la Gran Bretaña tenía un poderío de solidez financiera; la confianza general de los inversionistas en valores del gobierno, la posesión de un sistema bancario en evolución y su sistema de impuestos fuera menos rígido e injusto que el de sus competidores. Ningún Estado en la historia de Europa ha obtenido una posición tan importante contando con recursos territoriales y demográficos tan escasos.[1]

Sin embargo la Gran Bretaña era considerada políticamente como la más inestable de todos los estados europeos; las guerras civiles del siglo XVII le dieron fama de rebelde y difícil de gobernar.

Para sobrevivir, la mayoría de las dinastías europeas, necesitaban explotar eficazmente las riquezas de sus territorios. Desde principios del siglo XV con el Sacro Imperio Romano, había sido conservado por miembros de la familia.

En teoria, el Emperador seguía siendo el más grande monarca en Europa, como forma de gobierno tenia que mantener la dignidad y el prestigio de un gran puesto, muchos años más tarde esa manera de gobernar se iría diluyendo con las transformaciones en infraestructura y las revoluciones sociales e industriales.

No obstante la idea de un equilibrio político y militar se estaba extendiendo hasta cubrir las relaciones entre las potencias coloniales.

Se argumentaba que un equilibrio de poder de ultramar era un ingrediente necesario para un equilibrio estable en Europa; comenzaba a germinar la idea de que cualquier Estado que dominara América y el Caribe así como el comercio colonial de Europa sin lugar a dudas llegaría a ser lo suficientemente rico y poderoso para amenazar la estabilidad política de Europa.[2]

Mientras tanto el reino de Prusia se hacia cada vez más fuerte y se extendía desde sus posesiones originales, ( Prusia Oriental, Brandeburgo y pequeños territorios en Renania) a mediados del siglo XVIII y durante el siglo XIX hacia el oeste y hacia el sur. Sin embargo a pesar de sus derrotas, de su pobreza y de la pérdida de gran parte del magnifico ejercito con el que había principado la guerra, Prusia sobrevivió y con el tiempo será el Estado que unifique a toda Alemania.

El Tratado de Versalles es un acuerdo de paz firmado el 3 de Septiembre de 1783 entre Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y España. Por él se reconoció la independencia de las colonias británicas americanas; Gran Bretaña devolvió Sumatra a las Provincias Unidas de Holanda, Tobago y Senegal a Francia y Menorca a España.

En tanto Prusia y Austria se agotaban en luchas, la Gran Bretaña se establecía como primera verdadera potencia mundial.[3]

Poco a poco se iban acomodando las piezas de ajedrez, el Imperio Otomano ( imperio multiétnico) jugó un papel importante durante este proceso.

En cuanto a la sociedad, principalmente dominada por los hombres, aunque en Francia había una tendencia hacia el mejoramiento de la posición de la mujer y al mismo tiempo en la mayor parte de Europa la sociedad era agrícola.

Hasta fines del siglo XVIII, la economía europea se había basado casi exclusivamente en la agricultura y el comercio. Lo que hoy llamamos productos industriales eran, por entonces, artesanías, como por ejemplo los tejidos, que se fabricaban en casas particulares.

En una economía fundamentalmente artesanal, el comerciante entregaba la lana a una familia y ésta la hilaba, la tejía y devolvía a su patrón el producto terminado a cambio de una suma de dinero.

La Revolución Industrial, fue posible porque este reino disponía de importantes yacimientos de carbón, el combustible más usado en la época. También, poseía yacimientos de hierro, la materia prima con la que se hacían las máquinas, los barcos y los ferrocarriles.

Por lo tanto la burguesía inglesa había acumulado grandes capitales a partir de su expansión colonial y comercial; la Gran Bretaña , favorecía la iniciativa privada. A esto se sumaban las garantías que daba un parlamento que representaba también los intereses de esta burguesía industrial y comercial.

La marina Mercante inglesa era una de las más importantes del mundo. Esto garantizaba a los productores de ese país una excelente red de distribución en el orden mundial.

Por ultimo la sustitución de la fuerza humana y animal por la mecánica fue posible gracias a una serie de innovaciones técnicas que se extendieron por Inglaterra a lo largo del siglo XVIII. Los conceptos científicos en los que se basaban ya eran conocidos desde hacía siglos, hecho que contribuyó a que la Primera Revolución Industrial fuese relativamente simple desde el punto de vista técnico y su coste no excesivo.

La incorporación de las máquinas a la producción sustituyó el trabajo manual y los tradicionales sistemas de fabricación por otros nuevos. El trabajo se trasladó desde los talleres artesanales con un reducido número de operarios a las fábricas, donde máquinas y obreros fueron agrupados en grandes concentraciones. Como bien sabemos gracias a la Revolución Industrial se glorifica la era del ser humano junto con la incursión de las maquinas que serán nuestras eternas compañeras.

Sin la Revolución Industrial no hubiera sido posible nada de lo que conocemos en la actualidad.



[1] Anderson. M. S. La Europa del siglo XVIII (1713-1789). FCE, México, 1996, pag.15

[2] Ibid; pag.33

[3] Ibid; pag.56

Bibliografia:

Matthew Smith Anderson (1966) La Europa del siglo XVIII (1713-1789).México, FCE, 1996.

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