jueves, 2 de febrero de 2012

Muñoz Santiago Helylu. LA EUROPA DEL SIGLO XVIII.

Muñoz Santiago Helylu.
Geopolítica. Gpo. 0005.
3-febrero-2012



LA EUROPA DEL SIGLO XVIII.



El presente trabajo es un ensayo basado en los tres primeros capítulos del libro La Europa del siglo XVII, en el cual se relata la estructura de los países en ese entonces, las relaciones entre los estados y el entorno económico y social que existía en dichos lugares.



Tenemos bien, que Europa en dicho siglo era un continente en desarrollo por parte de sus naciones, sin embargo, al oeste se encontraba su principal potencia a inicios de la época, la cual era Francia, un país grande tanto en su extensión de territorio como en su número de habitantes, además de que contaba con un gran ejército de calidad comparado con el de otros estados. Anderson nos dice:



“La diplomacia francesa era la mejor organizada y la mejor informada de Europa... el francés había llegado a ser el principal idioma diplomático de las partes occidental y central del continente... la cultura francesa en todas sus formas: literatura, arte, arquitectura e incluso las modas y la cocina estaban influyendo en toda Europa...”[1]



Podemos decir que en aquel entonces, Francia era lo que ahora es Estados Unidos, claro está que me refiero a la dominación que tenia sobre otras naciones y no a su cultura, arquitectura, etc. Pues si bien Europa es el centro de la economía mundial, Estados Unidos es una gran potencia universal, ya que indirectamente domina a otros países, tal es el caso de nuestra República Mexicana, y digo indirectamente porque México no es un país tomado por los norteamericanos, pero sí controlado y manejado por ellos, tanto en la economía (la deuda externa), lo político (negociaciones entre gobiernos) y lo social (algunas modas y estilos de vida de sociedad).



A pesar de que Francia era la nación dominante, existían otras que fueron creciendo a lo largo de la época, por medio de guerras, pactos, tratados, etc., lo cual tuvo un impacto importante en la historia de Europa. España, era la segunda potencia con una buena organización y desarrollo, “poseía un territorio tan geográficamente unificado y tan defendible como el de Francia”.[2]



Seguido a España se encontraba la Gran Bretaña, ubicada al occidente de Europa y pese a los problemas y retrasos que tenía, tales como un poderío militar no muy bueno, su política era la más inestable de todos los estados europeos, y de que era considerado como rebelde y difícil de gobernar: estaba dentro de los tres estados más importantes de un conjunto de naciones que estaban en pleno crecimiento, puesto que su desarrollo iba en acenso rápidamente



“...para 1713 poseía fuentes de energía de los que carecían otros estados. En los últimos años del siglo XVII había llegado a ser la mayor potencia naval del mundo... desempeñó un gran papel en la expansión de su comercio de ultramar y, por consiguiente, en toda su economía durante el siglo XVIII”.[3]



Además de estas tres grandes potencias, se encontraban otras menores, pero de igual relevancia, tal es el caso de Republica Holandesa, la cual le creo competencia a Gran Bretaña respecto al comercio; Rusia, de basta importancia al oriente del continente desde que Pedro el Grande llevó al estado a tener un desarrollo fugaz y por consiguiente exaltó temor en las naciones del centro; el Imperio Otomano, que se encontraba en la Europa sud-oriental cubriendo una zona bastantemente amplia; en Alemania, los estados de Sajonia y Prusia fueron de gran relevancia, en el primero era el más rico y desarrollado de todos los estados del país y por otro lado Prusia era aun más poderoso que Sajonia.



Al observar el desarrollo de cada nación y la forma en que poco a poco fueron creciendo, podemos notar que en el siglo XVIII Europa no estaba unida entre sus naciones, sino que existía gran diversidad de conflictos entre ellas para tener el mayor dominio sobre las otras.



Además relacionando con el presente vemos que no existe gran diferencia con lo que ahora es nuestro país, pues Anderson nos dice que en la Europa de ese siglo “Los puestos gubernamentales frecuentemente se vendían y por consiguiente tenían la propensión a convertirse en propiedad personal...”[4] lo que vemos con las plantas de trabajadores del gobierno, que la pueden heredar a algún familiar, o bien, venderla, además, “...en todas partes los privilegios y tradiciones locales de clases institucionales... impedían la centralización del gobierno”[5], esto se relaciona con el trato hacia personajes importantes del país, pues el ejemplo más claro está en el pago de servicios públicos o impuestos, lo que nos aleja de un país en el que “todos somos iguales”.



Antes mencionamos las naciones con mayor potencial en Europa y el desarrollo de las tres principales, sin embargo, existieron diversidad de conflictos entre todas ellas para tener más poder, pues si bien Francia comenzó por ser la más fuerte, tiempo después ya no lo fue y todas las naciones iban por derrotar a Gran Bretaña, que como vimos en un principio era la más subdesarrollada y poco a poco se fue levantando gracias a su poderío naval.



Además de Gran Bretaña como la potencia más fuerte, estaba Prusia y Sajonia, ambas en manos de Federico II, así como odiadas por Francia, la cual se unió a fuertes estados alemanes, para derrotarla y que después se les unió Austria y Rusia, pero que no podrían con las grandes fuerzas que Federico poseía.



Ahora bien, respecto a la situación socio-económica de Europa, tenemos que se encontraba en el periodo del feudalismo, en el cual su característica principal era la propiedad de tierras, que era exclusiva del sector privado, del Estado y de la Iglesia y que eran trabajadas por hombres que son llamados siervos[6] a quienes les queda prohibido abandonarla por su propia voluntad.
Es aquí donde también vemos que era una Europa que en efecto estaba dividida en clases sociales como se menciona en el libro y que además, existía el abuso por parte de la clase alta hacia la clase baja que eran los campesinos, los siervos



“...derechos feudales: derechos de jurisdicción, derecho de obligar al campesino en algunas aéreas a usar el molino, el horno, el lagar, etc., de su señor y pagar por su uso, derecho a una renta en especie (champart) y a pagos (lods et ventes) cuando la tierra de los campesinos cambiaba de manos.”.



Pero no sólo cuando cambiaba de manos la tierra, sino que en todo momento el campesino además de servirle al señor feudal cosechando su tierra, debía pagar por trabajar ahí, y es ahí donde se paga al dueño con la renta en especie, esta renta era productos obtenidos del trabajo realizado, arroz, maíz, trigo, etc., Y la paga hacia el campesino era que podía consumir lo cosechado excepto el sobreproducto (producto no pagado) en renta en especie. [7]



Como vemos, es muy cierto lo que se menciona al principio del capítulo, Europa estaba altamente y severamente dividida en las clases sociales, y si bien no en todas las naciones existía este fenómeno, en las que sí había un gran abuso por parte de la nobleza. Podríamos decir que en la actualidad ese trato ya no es tan común en todo el mundo y a tal grado, sin embargo en países del oriente aun existe ese tipo de abuso, al igual que el trato distinto hacia la mujer que en el siglo XVIIII en Europa había poco a poco llegado al grado de que se le tratara de igual manera que al hombre.



Como último punto en el presente trabajo, quiero mencionar otro tema interesante que me pareció un poco contrastante y es el hecho de la Revolución Industrial, ya que en esta época es vista como un fenómeno de gran relevancia sin saber que gracias a esta primera, se vendría una segunda que alteraría completamente lo que la primera mejoró.



Es aquí donde quiero hacer una comparación entre estas dos revoluciones, pues si bien la primera trajo mejoras económicas y productivas, así como una mejora social con el bienestar de las familias,[8] con la llegada de la máquina de vapor e importantes inventos en la industria textil, la segunda trajo desempleo y pobreza para las familias, ya que con el paso del tiempo las máquinas eran cada vez más sofisticadas y dejaban a un lado la necesidad de contratar mano de obra, dejando a los señores de la casa sin que mantener a su familia.



Es así como puedo concluir que en aquella época existieron variedad de conflictos, tratados, coaliciones que hicieron que Europa haya ido en constante crecimiento y que la mayoría de las corrientes sucedidas en todo el mundo hayan tenido su inicio y su auge en dicha potencia, los ejemplos vistos en esta ocasión fuel el nacimiento del feudalismo y de la primera revolución industrial.





BIBLIOGRAFIA.
Lange, Oscar. Economía Política I. México, F.C.E., 1974.
M.S Anderson. La Europa del siglo XVIII (1713-1789), F.C.E., Oxford University Press, Londres, 1966, pp. 7-131
[1] M.S. Anderson. La Europa del siglo XVIII. p. 8
[2] op. cit., p. 8
[3] op. cit., p. 14
[4] op. cit., p. 33
[5] op. cit., p. 33
[6] “La condición del siervo era esencialmente una característica de Europa Oriental y de algunas partes de Europa central. No existía ni en las Islas Británicas ni en los países bajos, ni en España ni en Italia”. op. cit., pp. 86
[7] Lange, Oscar. Economía Política I. pp. 87
[8] “La Revolución Industrial fue verdaderamente revolucionaria. Significó el asalto de un nivel de organización económica y de un sistema de producción a otro indudablemente más alto. Fue la más repentina e importante ruptura con el pasado que haya hecho nunca la humanidad”. op. cit., pp. 104

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